Los casos de estos chicos que tuvieron una infancia marcada por el nazismo se cuentan en un nuevo libro.
Los habían arrestado juntos, a él y a su madre. Habían compartido poco más de un mes en dos diferentes lugares de detención, en París, hasta que supieron que los que figuraban en “la” lista debían tomar un tren. Su nombre no figuraba. “Yo nací en Francia en 1932. Era francés y no estaba incluido en ese contingente de 1014 judíos que iban a ser enviados hacia lo innombrable. Mamá, en cambio, era judía y extranjera, ¡buena para ser deportada!”, recuerda Henri Pechtner, uno de los cien mil niños que sobrevivieron al holocausto a diferencia del millón y medio de sus coetáneos que fueron asesinados. Y continúa: “La recuerdo aquella mañana del 5 de agosto de 1942 cuando intenta desenganchar mis dedos…
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